martes, 8 de enero de 2008

Terrores nocturnos

Entre 1 a 4 porciento de los niños en edad prescolar presentan este tipo de problema.

Es algo más frecuente en varones y tiende a desaparecer con el inicio de la adolescencia.

Puede asociarse a procesos febriles.

Es clásica la forma de presentación con un despertar abrupto del niño habitualmente con un grito como de pánico, llanto, ojos desorbitados.
El cuadro se caracteriza por que el niño no reconoce a sus padres ni reacciona a los intentos de contención que puedan intentar ellos.
Se acompaña también de sudoración, taquicardia y dilatación de pupilas.

Se produce en las primeras horas de la noche (primer tercio de la noche).

Su duración varía entre 1 a 10 minutos aproximadamente.

El niño se va calmando en forma gradual volviéndose a dormir. No recuerda nada al despertar en la mañana.

Características básicas:
1-Aparición repentina.
2-Sensación de terror o disgusto.
3-Signos de agitación (taquicardia, dilatación pupilar).
4-Vuelta a dormir.
5-Amnesia de lo sucedido.

A pesar de ser un momento muy estresante para la familia no requiere tratamiento sobre el niño, sólo se debe contener a los padres y explicarles que no produce trastornos ya que el niño no recuerda lo sucedido.

Es conveniente tomar la temperatura del niño para descartar la presencia de un episodio febril asociado.

Consulte a su pediatra

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